Cómo superar la frustración entre padres e hijos
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¿Qué es la frustración?
La frustración es el sentimiento que surge cuando no logramos nuestros deseos. Dependiendo de la intensidad de la frustración y de nuestras propias características personales, reaccionaremos de una manera u otra. La frustración, siempre viene acompañada de un sentimiento de impotencia, de tristeza, de desilusión, de decepción, etc. Y a menudo desemboca (sobre todo en los más pequeños) en rabia, enfado, ira, angustia, ansiedad, llanto, etc. O en las ya conocidas rabietas.
La frustración es un sentimiento que forma parte del desarrollo humano de una manera saludable, por ello, los niños y niñas deben aprender desde muy pequeños que no todos los deseos pueden ser satisfechos. Si durante la infancia, no es manejada de una manera adecuada, puede acarrear dificultades, mostrando comportamientos inadecuados para su edad. En los últimos años, se está incrementando el caso de los niños tirano o niños con el síndrome del emperador, esto es debido a que son niños que no han sabido nunca tolerar la frustración, no han recibido nunca un no por respuesta entonces deberíamos plantearnos si realmente el darles todo lo que piden es tan beneficioso como se piensan algunas personas.
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¿Cómo enseñamos a los niños a manejar la frustración?
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La frustración en pequeñas dosis es beneficiosa para el crecimiento emocional.
Si el niño tiene afecto de sus padres aunque se equivoque, tendrá la seguridad de contar con ellos y aprenderá a manejar la frustración de manera adecuada. Aparece un problema cuando los padres son sobreprotectores, debido a que no permiten que el niño aprenda a resolver sus problemas, difícilmente éste, aprenderá a tolerar la frustración cuando se le presenten obstáculos que le impidan satisfacer sus deseos.
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Evitar la gratificación ilimitada para que el niño adquiera un aprendizaje gradual de tolerancia a la frustración.
Debemos ser conscientes que durante toda la vida nos encontramos demasiadas trabas y nuestro deber como padres es hacérselo ver a nuestros hijos/as, puesto que decirles “no” cuando sea necesario, poner límites, permitirles que resuelvan los problemas por sí solos y dosificar las gratificaciones, son cuotas de frustración que les permitirán aprender a tolerarla, confiar en sus capacidades y saber renunciar a los deseos de manera normal.
Algunas de las pautas que os ofrecemos desde Centros Psicopedagógigos Gabaldon son:
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El niño/a tiene que aprender que rebasar los límites puede traer consecuencias negativas para él. En cualquier caso deben ser proporcionadas y, a poder ser, inmediatas para que el niño lo entienda perfectamente.
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Poner límite a sus conductas, pero nunca a sus sentimientos.
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En lo posible, las reglas y los castigos deben ser pactados entre los padres y los hijos.
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Conviene recordar que lo que más influye en nuestros hijos no es lo que les decimos o lo que les hacemos, sino cómo somos nosotros como personas.
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Es normal que los niños prueben tanteando a sus padres para comprobar hasta dónde pueden llegar. En ese momento cuando más firmes debéis poneros. Si cedéis, luego es más difícil dar marcha atrás.
Los efectos de no poner límites moldean a un niño que nunca tiene suficiente, que exige cada vez más y que tolera cada vez peor las cosas negativas, un niño que crece con una escasa o nula tolerancia a la frustración.
Si creéis que necesitáis más ayuda para enfrentaros a este problema, desde Centros Psicopedagógicos Gabaldón, estudiaremos vuestro caso y os proporcionaremos unas pautas individuales para vuestra familia y actividades para realizar con vuestros hijos/as, y así, aprender a tolerar la frustración juntos.
ARANCHA HERNÁNDEZ MURCIA
PEDAGOGA
MÁSTER ORIENTACIÓN EDUCATIVA
NºCOL 46/1264
CENTRO PSICOPEDAGÓGIGO GABALDON SAN ANTONIO.
