Llegan las vacaciones. Dos meses y medio por delante para que los más pequeños de la casa desconecten y sigan aprendiendo de una forma lúdica.
¿ Qué hacer con nuestros hijos durante el periodo estival?
Llegan las vacaciones. Dos meses y medio por delante para que los más pequeños de la casa desconecten y sigan aprendiendo de una forma lúdica.
Cualquier opción que rompa la rutina del curso escolar y les haga sentirse de vacaciones será buena, aunque conviene conocer las preferencias de los pequeños e intentar respetar su opinión.
Para ello debemos conocer todas las ofertas que nos ofrecen a nuestro alrededor, entre estas ofertas podemos destacar:
-Escuelas de verano:
Los ayuntamientos de nuestras ciudades suelen programar actividades lúdicas para los más pequeños, que les permite estar entretenidos casi todo el día y volver a casa por la tarde.
Así se consigue que los padres concilien su vida laboral y familiar, pero sobre todo es una “oportunidad única para que el niño conviva con otros niños y aprenda a tomar sus propias decisiones”.
Los ‘coles de verano’ es otra opción para los padres que trabajan en estos meses. Son las mismas instalaciones en las que han estudiado durante el invierno, el madrugón también es el mismo, pero las aulas son ahora para jugar y divertirse, e incluso es una buena opción para aquellos niños de tres años que van a entrar por primera vez al colegio en Septiembre, ya que se les prepara para ello y así se familiarizan con el colegio.
– Ludotecas y guarderías infantiles:
abiertas en julio y agosto, son la otra alternativa, junto a los socorridos abuelos y las niñeras.
– Campamentos de verano:
Granjas-escuela, multi-aventura, talleres bilingües, de música, deportes, arte, literatura…
Los campamentos de verano son una opción para aprovechar el tiempo libre de los más pequeños. La oferta es muy variada y permite a los niños seguir aprendiendo de una forma entretenida. Los niños ganan en autonomía, aprenden habilidades sociales y fomentan la integración al convivir con otros niños.
A la hora de elegir hay que tener en cuenta la edad, el entorno, las motivaciones de nuestros hijos y el dinero que estemos dispuestos a gastarnos.
Para mayor garantía es importante conocer bien cómo son las instalaciones del campamento o del campus, si está al día en las licencias de funcionamiento, el programa de actividades, la formación de los monitores y el tipo de atención médica que ofrecen.
Para los que sacaron malas notas
Tareas en verano sí, pero a otro ritmo. El objetivo, aunque hayan sacado malas notas, es dejar a un lado la obligación y el horario escolar y fomentar el aprendizaje de la forma más lúdica posible.
En edades tempranas, los niños deben divertirse pero aprovechar también estos “largos días de verano para dedicar un rato a la lectura, a escribir y a hacer algunas actividades encaminadas a que no se olviden de lo trabajado durante el curso”.
En los últimos cursos de Primaria, debemos estar atentos a las indicaciones del profesor. Si nos han dicho que va justo, es necesario afianzar sus conocimientos. En caso de que el niño deba repetir, “lo mejor es dejarle que disfrute de sus vacaciones, y que no piense que la no promoción es ningún tipo de castigo, sino una forma de afianzarse”.
Actividades en familia
Si en estos meses conseguimos tener más tiempo para compartir con los hijos no hay que olvidar que la clave es ofrecer variedad. Un rato de parque, piscina y playa está bien, pero también:
-Aprovechar la oferta cultural de nuestra ciudad (payasos, teatro, cine)
-Acudir a las actividades infantiles programadas por museos y centros culturales
-Invitarle a desarrollar sus capacidades creativas pintando, escribiendo cuentos o leyendo libros
-Practicar deportes (baloncesto, tenis, hípica, patinaje, paseos en bicicleta..,etc.)
-Acudir a espectáculos musicales
-Hacer algún viaje o excursión o ir de camping
-Acudir a un parque temático o un zoo