Mi hijo ha sido diagnosticado de Disfemia/Tartamudez ¿Cual es el objetivo del tratamiento psicológico?

 

 

   Tras hablar en un post anterior sobre los tipos y las manifestaciones de la disfemia, esta semana os publicamos una nueva entrada en este blog acerca de una parte de nuestro trabajo desde el enfoque psicológico en niños y niñas que presentan este trastorno. 

 

   Si no ha leído nuestra anterior entrada a ese blog y quiere conocer más sobre la tartamudez o disfemia y las manifestaciones propias de cada tipo, le invitamos a que lea el artículo anterior a este: Tartamudez en la Infancia ¿Es mi hijo/a disfémico?

 

   En esta publicación queremos presentar parte del trabajo que se realiza en sesión con niños y niñas que acuden a consulta con un trastorno disfémico. 

 

   El objetivo de tratamiento es instaurar pautas de habla “normales”, donde se afronte el riesgo de tartamudear, sin evitar hablar, fomentando hablar siempre que sea necesario, con calma, sin precipitación, con entonación y sin reducir la expresión verbal. 

 

   Aceptar el tartamudeo es una de las claves para acabar con la evitación que mantiene el problema. Así como, eliminar los pensamientos anticipatorios que provocan emociones negativas que terminan favoreciendo la aparición de la tartamudez. 

 

  Una de las hipótesis que desde la psicología trata de explicar la tartamudez, nos dice que esta comienza por una asociación que el niño hace cuando comienza a hablar y presenta disfluencias. Las personas que se encuentran cerca de él, recriminan el habla del niño/a provocando ansiedad, la cual termina asociándose al habla. Está ansiedad puede provocar la aparición de nuevas alteraciones en el habla, como lo es el agravamiento de las disfluencias. 

 

   Por tanto,  la reducción de la ansiedad es uno de los objetivos prioritarios que se trabaja en sesión, a través de la relajación progresiva, respiración costodiafragmática, así como, mediante técnicas como la desensibilización sistemática, reforzamiento positivo de habla fluida, entrenamiento en autocontrol, habla lenta y la inversión del hábito a través de instaurar la respiración regulada como respuesta alternativa al tartamudeo (contracondicionamiento) entre otras técnicas.

 

   Además, recomendamos entrenar en fluidez fonológica y semántica para combatir el fenómeno punta de la lengua. Asimismo, recomendamos entrenar en la identificación de la tensión-relajación con los fonemas problemáticos (g,k,t,d,p,b), identificando que los bloqueos son producidos por no dejar pasar el aire y por la tensión ejercida.

 

   Si su hijo ha sido diagnosticado de disfemia, o si todavía no ha recibido diagnóstico y observáis conductas problemáticas en su habla que afectan a su desarrollo social, familiar, emocional o escolar, no dudéis en acudir a cualquiera de nuestros centros donde, como profesionales, estaremos dispuestos a ayudaros y ofreceros pautas específicas para poder manejar este tipo de situaciones. 

 

 

 

Andrea Pelegrín Santo

Psicóloga

MU02775

Centro Psicopedagógico Gabaldón Alicante

 

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