PAUTA PARA ESTABLECER RUTINAS DE SUEÑO Y MEJORAR LA CONDUCTA DE NUESTROS HIJOS A LA HORA DE IR A DORMIR
Muchos padres nos cuentan que la hora de acostar a sus hijos supone toda una odisea, incluso algunos padres ven que es imposible que sus hijos todavía cuenten con una energía inagotable al final del día. Esto hace que, a veces, tardemos en acostar a nuestros hijos, pues se cae en el error de pensar que cuento más tarde sea la hora de ir a la cama, más cansado o cansada estará nuestro hijo/a y por tanto, antes se dormirá. Los niños, cuanto más cansados están, más nerviosos se sienten y, por tanto, más les cuesta dormirse. Es importante crear una serie de rutinas y hábitos para conseguir mejorar la hora de ir a dormir.
Os dejamos unas pautas muy sencillas, pero no por ello menos importantes, que os ayudarán con paciencia y perseverancia a conseguir ganar la batalla de la hora de dormir. Estas pautas no son milagrosas, y por tanto, no tenéis que esperar que el problema se resuelva en poco tiempo, os animamos a comenzar y continuar usándolas hasta que el problema mejore.
En caso de que la conducta de vuestro hijo continúe sin mejorar pasado el tiempo, os recomendamos hablar con un especialista que analice vuestro caso particular, identifique que le está ocurriendo al niño/a y ayude a vuestro peque a poder conciliar el sueño.
PAUTAS:
- Establecer rutinas pre-sueño (por ejemplo, cena, baño, leche, cepillado de dietes, ir a la habitación, masaje relajante, cuento, etc.). Cada familia tiene sus rutinas y cada niño también, lo importante es hacer siempre lo mismo pase lo que pase, de esta forma el niño automáticamente anticipa que pronto será la hora de ir a la cama.
- Recomendamos un ambiente cálido en casa, temperatura adecuada, luz cálida, pues facilita la conciliación.
- Hablarle al niño y anticiparle las rutinas para que sepa que pronto será hora de ir a la cama.
- No podemos permitir que el niño se acueste en el sofá, duerma en el sofá o en los brazos de algún familiar. Es preferible observar los signos de cansancio y llevarlo a la habitación, para acostarlo en su camita, eso no quiere decir que no le demos cariño. En la habitación siempre podemos abrazar a nuestro hijo, contarle una historia y decirle lo mucho que le queremos. Si bien, no olvidaremos decirle que es hora de dormir. Para calmar a nuestros hijos, podemos decirles que por la mañana desayunaran con mamá o papá, o que mamá y papá están cerquita y en un rato volverán a ver que él está bien. Los niños tienen que dormir en su habitación desde pequeñitos, si nos adelantamos a la edad en que aparecen las pesadillas, nos ahorraremos muchos problemas y noches sin dormir.
- Lo ideal es salirnos de la habitación cuando nuestro hijo todavía esté despierto, para favorecer su autocontrol y gestión emocional.
- Muchas familias nos cuenta que cuando salen por la puerta su hija o hijo comienza a llorar. Es algo normal y que esperamos que pase en niños a los que les cuesta ir a dormir solitos. ¡No pasa nada!. Igualmente, saldremos de la habitación y esperaremos unos minutos para volver a entrar y calmar a nuestro hijo/a, recordándole que es hora de dormir y que estamos cerca. Le calmaremos y le daremos cariño, pero no nos acostaremos con él o ella ni le pasaremos a nuestra habitación. Haremos este mismo procedimiento las veces que sea necesario, si bien, cada vez que salgamos de la habitación, tardaremos un poquito más en volver a ver a nuestro hijo si éste llora. El tiempo es fundamental, tardar cada vez más ante las llamadas de nuestro hijo o hija, le permite al pequeño poder autoregularse, muchas veces ante los lloros de nuestros hijos acudimos tan rápido, que no fomentamos la capacidad de autocontrol y autoregulación, a veces pasa que si damos tiempo al niño, antes de acudir de forma inmediata a su llamada, el pequeño aprende a calmarse y a dormirse solo, esto ocurre incluso con bebés.
- No ayudamos a nuestros hijos e hijas si dejamos que duerman con nosotros. Algo muy común es que los niños se levanten llorando y se pasen a la cama de los padres, es algo totalmente normal y esperable. Ahora, ante esta situación, los padres deben acompañar a los niños a su habitación. Hay mucho niños que no se dan por vencidos a la primera, por lo que si nuestro hijo insiste en venir a la cama con nosotros, tendremos que volver a llevarle a su habitación una y otra vez. Esto no quiere decir que un domingo puntual o un sábado puntual cuando nuestro hijo se despierte a las 7 de la mañana no pueda pasarse a nuestra habitación, nada más lejos de la realidad, como todo, tenemos que ser flexibles y diferenciar cuando podemos estar compartiendo momentos familiares y cuando nos toca educar y ayudar a nuestros hijos.
- Para casos especiales, niños que de tanto lloro se provocan el vómito, tendremos que revisar con el pediatra que nuestro hijo esté sano, y revisar si nuestro hijo necesita anticipaciones. Hay niños extremadamente sensibles, por lo que estas pautas se podrían aplicar igual en casos más extremos, pero de forma más flexible, por ejemplo, quedándonos en una silla en la habitación y cada vez apartando la silla hacia la puerta o dejando una luz. Pero nunca durmiendo con ellos. Es importante deciros que cuando los niños/as están enfermos, podemos saltarnos estas reglas de forma puntual.
Poquito a poco la conducta de nuestros hijos mejorará si no desistimos. Sabemos que es agotador para los padres tener que visitar la habitación de sus hijos, cada vez que estos lloran o acompañar al peque a su habitación una y cien veces, pero recomendamos no tirar la toalla y no ceder a dormir con ellos o a llevarlos a nuestra habitación, pues entonces serán uno más de los papis que dicen: “¡Lo hemos probado todo y no funciona! Os aseguramos que estas pautas no funcionarán si no las mantenéis hasta que mejore la conducta de vuestros hijo/a a la hora de ir a la cama.
Andrea Pelegrín Santo,
Psicóloga
MU02775
Centro Psicopedagógico Gabaldón Alicante
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