Un ingreso hospitalario por un motivo específico que conocemos de antemano o una operación prevista con antelación, no es algo que se dé con frecuencia pero cuando ocurre las familias tienen miedo de que sus hijos no lo asimilen o con frecuencia nos encontramos con que los mismos padres tienen tanto miedo que terminan transmitiéndoselo al pequeño. Algunos padres nos cuentan que es imposible ir al hospital, que el niño recuerda la última experiencia y cuando llega el día se niega a colaborar para ir, o surgen rabietas.
Son muchas las dudas que surgen acerca de cómo preparar a nuestro hijo o hija para una cirugía o incluso a veces para una analítica o una simple consulta. La situación que ya es de por sí estresante para la familia, puede ser dañina para el pequeño que ve como muchas veces sus padres están alterados y no comprende bien que está pasando. Como es normal, hay ocasiones en que las cosas no nos gustan, circunstancias que nos obligan a tener que resignarnos a que algo ocurrirá por qué es lo mejor para nosotros. Este razonamiento es muy complejo para un niño pequeño que tiene que afrontar una estancia en un hospital sin entender el motivo. Por ello, es importante anticipar y tomarnos un tiempo para ayudar a nuestro hijo/a a que pueda afrontar de la mejor manera posible el ingreso en un hospital.
Uno de las cosas que más nos alivia es que los hospitales están bien condicionados y cada vez encontramos en sus paredes decoración creando ambientes agradables y positivos para los más pequeños, juegos e incluso voluntarios disfrazados de payasos u otra temática que acuden a animar a los peques para que la estancia sea de lo más agradable. Esto hace que los momentos de espera no sean tan aburridos y temerosos.
Aunque nuestro hijo sea pequeño, y no comprenda bien la explicación que le damos, es fundamental tratar de explicarle y hablarle sobre lo que va a ocurrir el día de ingreso al hospital. Para afrontar mejor el estrés y poder regular sus emociones, los niños de todas las edades necesitan tener información adaptada a su edad.
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¿Dónde vamos?
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¿Qué les van a hacer y por qué?
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¿Qué está ocurriendo ahora mismo y cuál es el siguiente paso?
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Si van o no a estar acompañados por sus cuidadores principales.
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Cómo se pueden sentir antes, durante y después de la cirugía o las prácticas médicas que le van a aplicar.
Es recomendable que el niño tenga respuestas adaptadas, por ejemplo, si puede tener su juguete favorito con él, quién va a estar cuando se despierte de la operación. También recomendamos explicar a nuestro hijo o hija el problema de salud que requiere la hospitalización siempre de forma adaptada a la edad del menor.
La familia podemos preparar el ingreso al hospital varios días antes, podemos vivirlo como una situación horrible o podemos vivirlo como un gran acontecimiento una fiesta esperada. Es seguro, que la segunda opción es más probable llene de curiosidad al niño y pese a la incertidumbre y el miedo, viva la situación de forma más relajada. Los adultos podemos hacer de la situación algo que, al menos en la imaginación, sea positivo. Llena a tu hijo o hija la habitación de globos la mañana de la operación, dile que llego el gran día. Si vuestro hijo o hija os ve asustados o nerviosos pensará que es terrible lo que le espera.
Días antes a la operación podemos ayúdale a elegir sus juguetes para llevarse. Hablarle de forma positiva del doctor. Podemos incluso decirle que vamos a estar de vacaciones unos días y nos van a dar una habitación muy bonita, donde podrá llevar todos sus juguetes, animarle a hacer la maleta (aunque sea solo una prenda o un cambio de ropa).
Por ejemplo, en esta línea a un niño de 3 años, le podemos explicar que ahora salimos de casa hacia el hospital y que cuando lleguemos allí nos enseñaran la habitación dónde vamos a vivir los próximos días (es importante el plural: vamos a vivir nosotros junto a él). Una vez en la habitación, le podemos recordar que hemos venido al hospital a solucionar el problema que tiene, que ésta es nuestra habitación para los próximos días y que ahora vendrán a conocerle las enfermeras de la planta.
Cuando despierte de la operación sería ideal poder estar con él, hacerle una sorpresa con alguno juguete, poner globos en la habitación e intentar que despierte de la operación junto a su juguete favorito o en un ambiente alegre, de esta forma asociará el momento a emociones positivas y fomentamos respuestas adaptativa si tiene que volver a pasar por una cirugía.
¿Con cuánta antelación hay que preparar al niño?
Siempre debemos matizar por edad. No obstante, podemos comenzar a hablarle a nuestro hijo o hija 1 o 2 días antes de la cirugía y/o hospitalización. Anímalo a elegir un objeto de casa que podrá llevarse al hospital y acompaña cada paso de una breve y sencilla explicación. Explícale con palabras sencillas y frases cortas por qué tiene que ir al hospital y qué es lo que va a ver allí. Asegúrale que vas a estar con él la mayor parte del tiempo, pero sé honesto y no hagas promesas que luego no puedas cumplir.
Juego de Rol
Cuando son pequeños entre los 3 años-5 años, resulta de gran ayuda ayudarse de material de juguete que simule el material médico y “explorar” a su muñeco favorito, tomarle la temperatura, ingresarle en el hospital, etc. El juego de rol es una excelente forma de preparar a los niños de esta edad. De la misma forma, será muy útil tras el regreso a casa para que el niño pueda expresar cómo ha vivido su experiencia.
Uno de los principales miedos es la separación de los padres
Los principales temores se agrupan en torno a la separación de los padres. No dramatices con las agujas y los pinchazos. No des tantos detalles. Cuidado con decirle lo de dormir (anestesia), dado que esa expresión puede confundirle, dile mejor relajado.
Andrea Pelegrín Santo
Psicóloga General Sanitaria
MU02775
Centro Psicopedagógico Gabaldón Alicante