EFECTOS DEL CONFINAMIENTO EN MI HIJO
Todos sabemos que quien están saliendo peor parados de esta situación son los niños, llevan mucho tiempo sin salir, desarrollando su rutina sin salir de casa, rompiéndose sus costumbres, día a día y adaptándose a nuevas situaciones, aislamiento de sus amigos, cantidades ingentes de trabajos, deberes, clases online, etc
Muchos padres me comentan que el carácter de los niños ha cambiado desde que están en esta situación. Se han dado situaciones nuevas, problemas de conducta que nunca antes habían ocurrido y momentos de estrés excesivo.
– excesiva hiperactividad: muchos nos habéis expresado que los síntomas de nerviosismo o hiperactividad se han visto incrementado. Hiperactividad puede ser motora, excesivo movimiento, imposibilidad de estar quieto, hiperactividad relacionada con el lenguaje, excesiva verborrea. También hemos podido ver falta de concentración, problemas para realizar las tareas, demorarlas en el tiempo.
Para esto hemos aplicado técnicas de relajación, técnicas para manejar el autocontrol, instrucciones para ordenar el pensamiento y los actos.
Es recomendable: generar habitos y rutinas claras, horarios estables, premiar los logros, no ser excesivamente exigente, generar recompensas por puntos según las conductas que haya conseguido, establecer normas
– irritabilidad constante: muchos niños muestran su malestar en forma de irritación, no son capaces de expresar su malestar verbalmente, o incluso no son capaces de identificar qué les pasa. El llanto fácil o las malas contestaciones hacia sus padres o hermano ha sido la norma general. También son comunes los estallidos de ira repentinos o enfados excesivos, con conductas disruptivas (meterse debajo de la mesa, tirar objetos, dar portazos, etc)
Para esto trabajamos la educación emocional, asertividad, expresar todo aquello que nos genera malestar de forma positiva y constructiva. Generamos situaciones que nos incomodan y observamos alternativas de actuación, enseñamos a canalizar la rabia, enfado y otras emociones que nos pueden hacer sentir mal.
Es recomendable: no confrontar con el niño, dejar que se calme, no presionarlo cuando tiene una rabieta, no utilizar la comunicación agresiva, comentar la situación cuando este calmado y generar alternativas, pactar un sitio donde calmarse, no utilizar el castigo de forma generalizada.
– ansiedad: muchos niños lo expresan con conductas de hambre excesiva, problemas de sueño (excesivo sueño o escasas ganas de dormir), conductas de morderse las uñas, retorcerse el pelo, etc.
Para esto trabajamos técnicas de relajación, conductas para generar pensamientos positivos alternativos, ofrecemos pautas a los padres para que ayuden a sus hijos a reducir esa ansiedad.
Si te sientes identificado, desbordado por la situación o necesitas alguna consulta, no dudes en ponerte en contacto con nosotros y te atenderemos e intentaremos ofrecerte orientaciones de forma personalizada.
Son muchos los papás que en los últimos días nos están consultando, preocupados por las conductas de sus hijos/as, por ello ponemos a vuestra disposición nuestro asesoramiento para ayudaros, podéis llamar al 645 91 99 06 y una de nuestras profesionales estará encantada de atenderos.
Olivia Caloca Catalá
Responsable Gabaldón Gandía
Psicóloga
Máster dificultades en el aprendizaje
y trastornos del neurodesarrollo