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Problemas de conducta

Problemas de conducta

Problemas de conducta, ¿cómo abordarlos?

La mayoría de lo que un niño hace, piensa o siente son conductas aprendidas. Por tanto, para comprender a los más pequeños, prevenir sus dificultades y ayudarles a resolver sus problemas es necesario que tengamos en cuenta que los papás y los profes, especialmente, intervenimos de manera decisiva en este largo y complejo periodo de aprendizaje.

Lo que ocurre después de las conductas que hace nuestro hijo tiene una importancia enorme: LAS CONSECUENCIAS de su comportamiento. Si ante una misma conducta, el niño recibe un premio o recompensa, dicha conducta será reforzada, y por tanto, es muy probable que la vuelva a repetir. Sin embargo, si ante la conducta no obtiene ninguna consecuencia agradable, no habrá refuerzo y por tanto es más fácil que la conducta se extinga. Pero cuidado, porque los refuerzos no son únicamente materiales. La simple atención hacia el niño ya es un importante reforzador. De este modo, si únicamente presto atención a mi hijo cuando tiene rabietas, y sin embargo cuando juega tranquilo lo ignoro, se estará reforzando la conducta de la rabieta mediante el premio de mi atención.

Además, es necesario que las consecuencias sean siempre similares. Puede ser que día nos riamos ante una conducta, y al día siguiente, dependiendo de nuestro humor, respondamos con crítica o castigo ante la misma conducta. En otras ocasiones, también puede ocurrir que exista un desacuerdo entre el padre y la madre en la forma de reaccionar del niño. En estos casos, el niño no podrá prever con seguridad las consecuencias que va a tener su conducta, y sentirá desconcierto, temor e inseguridad. Algunas veces no sabrá qué hacer, o quizá manifieste conductas contradictorias y desconcertantes.

Por ello, creemos necesario establecer unas pautas básicas sobre cómo comportarnos con nuestro hijo: cómo premiar, cómo NO castigar, cómo establecer normas, cómo dar órdenes y qué hacer ante una conducta problema.

  1. Cómo deben ser los premios:

      – Los premios deben ser consecuentes a la conducta, y obtenerse de manera inmediata tras realizarla.

      – Deben ser algo deseado y motivante para el niño.

      – Premiar el proceso es más útil que premiar el resultado final en conductas difíciles.

      – Cada vez exigiremos un esfuerzo mayor al niño para conseguir el mismo premio.

      – Debemos tratar de sustituir los refuerzos externos por internos.

  1. Los castigos que NUNCA debemos utilizar:

            – Ridiculizar al niño en privado o en público. Despreciar al niño.

            – Gritarle de forma prolongada o regañarle en público.

            – Quitarle de las únicas actividades en las que muestra interés. Sus únicas fuentes de satisfacción y de sentimiento de valía personal.

            – Agredir físicamente.

            – Demostrar cualquier modo de descontrol ante la conducta del niño.

            – Decirle que no le quieres por su mal comportamiento y que nadie le va a querer si no cambia. Decirle que no vale nada.

            – Castigos muy prolongados o castigarle por todo.

  1. Cómo establecer normas y límites. Cómo deben ser las normas:

– Claras y específicas. El niño tiene que saber claramente lo que se espera de él. La norma debe establecer qué tiene que hacer, cuándo hacerlo, cómo hacerlo y qué consecuencias supondrá su cumplimiento o incumplimiento. Por ejemplo, es preferible decirle al niño o a la niña “quiero que permanezcas sentado en tu silla hasta que termines de comer” que decir “pórtate bien”.

– Hay que explicar el sentido que tiene la norma para el bienestar del niño.

– Deben estar ajustadas a la edad y al desarrollo evolutivo del niño.

– Ser comprobables. Para poder recompensar la conducta o sancionarla. “Recoger los juguetes en media hora”, una vez pasado el tiempo se comprueba si se ha cumplido.

– Deben ser cortas cuando se anuncian y planteadas en positivo. “Comemos sentados” en vez de “no te levantes cuando comas” significa lo mismo y así no se asociarán las normas con las prohibiciones, le damos un aspecto más positivo y por tanto motivamos al niño a cumplirlo.

– Revisables y evaluables periódicamente.

– Razonables y fáciles de cumplir. Por ejemplo, a un niño muy activo no podemos pedirle que permanezca quieto durante una hora leyendo. Si ponemos una meta demasiado alta, puede que se desanime.

– Es importante que las normas sean comunicadas y aceptadas por el niño. Si es posible compartidas y no impuestas. Respetarán las normas mejor si han participado en su diseño.

  1. Cómo dar órdenes efectivas:

– Mirando al niño y asegurándonos de que nos oye y entiende.

– Cortas y comprensibles

– Una sola orden cada vez

– Utilizar un tono amable pero firme, la primera vez que se da la orden. Repetirla, solo una vez y pasado un mínimo de un minuto.

– Que no compitan con actividades agradables (por lo menos, al principio), es decir, que las órdenes sean para que él siga unas instrucciones y que mejore la obediencia, no para que juegue (actividad agradable) “correctamente”, por ejemplo.

  1. Qué hacer ante una conducta problema:
  2. Retirar la atención: Recordemos que gritar o poner cara de enfado al niño son modos de prestar atención y, por tanto, de reforzar conductas que no deseamos.
  3. Prestar atención a conductas positivas y contrarias a las no deseadas. Sin añadir reproches o comentarios sobre la conducta inadecuada.
  4. Retirar otras recompensas. A veces, será necesario suprimir ciertos acontecimientos agradables si el niño manifiesta conductas inadecuadas. Todo esto debemos hacerlo de un modo tranquilo y sereno.
  5. Tiempo fuera o aislamiento. En algunas ocasiones será muy difícil ignorar la conducta del niño, bien porque no dependa de nosotros (atención de otras personas) o bien porque existe la necesidad de su interrupción inmediata. En estos casos puede ser útil sacar al niño de la situación y trasladarlo a un lugar donde no exista la posibilidad de obtener reforzamiento.

Paula Fernández Blasco.

Psicóloga. CV17322

Centros Psicopedagógicos Gabaldón

www.neurogabaldon.com

 

EL MANEJO DE LAS EXIGENCIAS

EL MANEJO DE LAS EXIGENCIAS

centro psicopedagogico gabaldon

 

A día de hoy, cada vez son más los pacientes que acuden a consulta con un estado de ánimo deprimido acompañado por sentimientos de fracaso y baja autoestima tras no haber alcanzado las expectativas que se habían propuesto en cuanto al ámbito laboral, personal, sentimental o social. Cuando las personas no alcanzan esas expectativas tan elevadas, suelen experimentar un intenso malestar que interfiere significativamente en sus vidas.

Los más jóvenes intentan por todos los medios integrarse en el mundo de los adultos adaptándose a las diferentes exigencias de una organización social, sin darse la oportunidad a equivocarse. En efecto, cada vez deben asumir más responsabilidades y obligaciones individuales y colectivas como estudiar o trabajar, realizar tareas domésticas, colaborar con la familia, etc.

Si a esto le sumamos la dificultad de empleabilidad de los jóvenes en la actualidad, la autoexigencia y la necesidad de perfeccionismo todavía es mayor, ya que creen que sólo habrá hueco para el que obtenga mejores resultados, sin tener en cuenta el proceso de aprendizaje. En este sentido, es frecuente observar como nunca llegan al ideal esperado, por lo que cada vez se exigen más y más.

La actitud de preferencia

Para manejar las exigencias (impuestas por nosotros mismos o no) y al mismo tiempo mejorar nuestra autoestima, hay que adoptar una ACTITUD DE PREFERENCIA. Esta consiste en el equilibrio entre la aceptación de nuestras limitaciones y la realización de nuestras posibilidades. Se basa en esta frase:

Aceptar lo irremediable y mejorar lo posible”

Es la alternativa racional, deseable y sana a la actitud de exigencia y a sus consecuencias adversas (como la autocondena que tiene lugar cuando no se cumplen las autoexigencias).

Si mantenemos una ACTITUD DE PREFERENCIA, la vida se convierte en un juego en el que siempre ganamos, ya que trabajamos para conseguir nuestros deseos y objetivos pero cuando no es posible alcanzar nuestras metas, lo aceptamos de buen grado, quedando así libres para centrarnos en nuestras posibilidades y en disfrutar de ellas. De este modo experimentamos un mínimo de frustración o desagrado y un máximo de placer y bienestar.

La diferencia con la actitud de exigencia está en que, desde la posición de preferencia, no perdemos el tiempo en lamentarnos o en alterarnos por nuestras limitaciones. Las aceptamos y nos centramos en desarrollar y disfrutar de nuestras posibilidades. Y cuando tenemos un fallo, no nos autocondenamos, ni menospreciamos por ello, si no que lo vemos como algo normal y procuramos aprender de ello.

La ACTITUD DE PREFERENCIA reduce las diferencias entre nuestros deseos (yo ideal) y nuestros logros (yo real), de lograr una mayor síntesis entre ellos, lo que constituye una característica básica de la sana autoestima.

 

 

Laura Tortosa Albero

Psicóloga. Máster en Psicología General Sanitaria.

Número Colegiada: CV16105

Centro Psicopedagógico Gabaldón Alicante

www.centropsicopedagogicogabaldon.com

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¿Cómo puedo estimular el lenguaje desde casa?

¿Cómo puedo estimular el lenguaje desde casa?

Muchas familias acuden a nuestro centro debido a que observan dificultades en el desarrollo del lenguaje de su hijo o hija y no saben cómo deben actuar para ayudarles. En estos casos, nuestra labor como logopedas es hacer frente a estas dificultades mediante la estimulación y ayudar a las familias para que sepan cómo potenciar lo conseguido en sesión desde casa. Para ello, es fundamental comenzar a trabajar cuanto antes para así reducir al máximo las consecuencias que pueden surgir.

A la hora de estimular el lenguaje desde casa, no es necesario disponer de materiales y juegos costosos, sino que se pueden aprovechar las situaciones del día a día (la comida, el baño, la hora de vestirse, hacer la compra…) para que aprendan vocabulario nuevo e interactúen con nosotros. Algunos ejemplos son:

– Onomatopeyas: animales, vehículos, objetos…

– Vocabulario nuevo: alimentos, objetos, prendas de vestir, partes del cuerpo, colores, formas…

– Adjetivos: grande, pequeño, caliente, frío, seco, mojado…

Es importante partir de sus intereses, por lo que es necesario indagar acerca de lo que más les gusta y les motiva para saber qué actividades y juegos utilizar y así conseguir que aumente su motivación para hablar. Los cuentos y las canciones son un recurso muy efectivo para estimular el lenguaje en casa y muy fácil de añadir en las rutinas diarias.

Por otra parte, algunas pautas que se pueden seguir para estimular el lenguaje desde casa son:

– Crear oportunidades para el empleo del lenguaje.

– Hablar despacio y con enunciados simples y claros.

– Manifestar nuestro interés y entusiasmo al realizar nuevas producciones verbales.

– No corregirle por hablar mal, sino ofrecerle el modelo correcto.

– Mirarle a la cara y ponerse a su altura para hablar.

– Hacerle preguntas y hablarle a menudo.

Estas pautas os pueden ser de utilidad para ponerlas en práctica desde casa y contribuir a mejorar las dificultades con las que se enfrentan los niños y niñas, sin embargo, para garantizar su efectividad deben estar supervisadas por un profesional.

CARMEN MONLLOR LLORENS

LOGOPEDA

Colcv. 461305

PSICÓLOGA GENERAL SANITARIA

Colcv. 15651

Centro Psicopedagógico Gabaldón Valencia

www.centropsicopedagogicogabaldon.com

RETRASO EN LA ADQUISICIÓN DEL PROCESO DE LECTOESCRITURA.

RETRASO EN LA ADQUISICIÓN DEL PROCESO DE LECTOESCRITURA.

RETRASO EN LA ADQUISICIÓN DEL PROCESO DE LECTOESCRITURA.

Uno de los casos que más solemos encontrar en nuestros centros, es la preocupación de los padres y madres porque su hijo o hija no ha aprendido a leer correctamente en el paso del último curso de Educación Infantil al primer curso de Educación Primaria.

Las razones por las que un niño/a puede no haber adquirido adecuadamente el proceso de la lectoescritura puede deberse a múltiples factores.

En primer lugar, hay que tener en cuenta que cada niño/a presenta un ritmo de aprendizaje distinto, no todos aprenden lo mismo ni a la misma vez. El ritmo de aprendizaje de cada niño/a puede variar en función de su desarrollo madurativo, sus experiencias previas de aprendizaje, la estimulación temprana recibida, etc.

Pueden darse casos en los que se presente un retraso en el proceso de adquisición de la lectoescritura y que se necesite una intervención específica para reforzar está área e ir adquiriendo y consolidando el proceso de lectoescritura al ritmo de cada niño/a.

El retraso lector puede darse entre los 5 y los 8 años, y se diagnostica en aquellos casos en los que no existe una patología alternativa que pueda explicar mejor la existencia de estas dificultades o de este retraso en la adquisición de la lectoescritura (déficit cognitivo, déficit sensorial, retraso madurativo, etc.)

También puede darse casos en los que esta dificultad se deba a la existencia de un trastorno de aprendizaje, como podría ser el trastorno específico del aprendizaje con dificultades en la lectura 315.00 (F81.0), y con dificultades en la expresión escrita 315.2 (F81.81), lo que conocemos como dislexia. Esto afectaría a la forma en la que el niño/a accede a las distintas rutas implicadas en los procesos de lectoescritura (ruta fonológica o indirecta y ruta superficial o visual)

En otros casos, este retraso en la adquisición de la lectoescritura puede deberse a la existencia de un posible trastorno a nivel atencional, que afecte a las áreas implicadas en la adquisición de la lectura y de la escritura (lóbulo occipital, área de asociación, etc.)

Algunos de los signos que nos pueden hacer sospechar sobre la existencia de un retraso en la adquisición de la lectoescritura o sobre la presencia de un trastorno específico de aprendizaje son los siguientes:

– No se reconocen adecuadamente las letras, no se identifican o no se discriminan.

– Dificultad en la asociación grafema-fonema (asociar cada letra a su sonido).

– Omisión de letras o sílabas en la lectura/escritura.

– Inversión de letras o sílabas en la lectura/escritura.

– Dificultades en conciencia silábica.

– Lectura entrecortada, silabeada y con errores.

Hay que tener en cuenta que la lectoescritura supone la base de, prácticamente, cualquier aprendizaje enmarcado dentro de nuestro actual sistema de enseñanza, y un mal desarrollo de esta área puede ser un importante predictor de fracaso escolar si no se interviene adecuadamente. Por ello, en el primer momento en el que empezamos a ver que el niño/a muestra dificultad en esta área, es muy importante comenzar con una intervención psicopedagógica enfocada en sus necesidades específicas y en las dificultades concretas que presente. Cuánto antes empecemos a trabajar y reforzar estas áreas, más exitosa resultará la intervención.

Alicia Velasco Vicente

Pedagoga Col. 1686

www.centropsicopedagogicogabaldon.com

¿Quieres dejar de Fumar?

¿Quieres dejar de Fumar?

TERAPIA PARA DEJAR DE FUMAR

Terapias multidisciplinares y multicomponente (medico-psicológicas) en las que el paciente disminuirá el consumo de tabaco progresivamente hasta su abandono, aprendiendo estrategias decontrol de estrés, reducción gradual de consumo de tabaco, resolución de problemas y entrenamientos en habilidades conductuales para hacer frente al síndrome de abstinencia y las posibles recaídas.

¿Cómo funciona?

La intervención puede realizarse a través de la terapia individual o de grupo. En la terapia individual la estructura de las sesiones y el número e intervalo entre ellas se realiza de un modo individualizado en función de tus necesidades.

Ventajas

– Ofrecen estrategias para hacer frente tanto a la dependencia física como a la psicológica.

– Seguimiento semanal para disminuir la sintomatología por síndrome de abstinencia y facilitar el abandono.

– Dotan de habilidades para la prevención de recaídas.

Incrementan la motivación y la capacidad de autocontrol del fumador.

Eficacia Tasas de abstinencia de aproximadamente el 90% al finalizar el tratamiento y del 60% a los 12 meses de haber finalizado el tratamiento.

Inconvenientes No tiene contraindicaciones, sólo es necesario disponer de una hora semanal durante 7 semanas para acudir a la terapia, ya sea en grupo o individual.

***Posibilidad de trabajar trastornos psicológicos asociados (ansiedad o depresión) antes o después de la cesación tabáquica, depende del caso.

***Evaluación inicial (1 Sesión) para valorar nivel de dependencia y problemas asociados.

***Seguimiento a los 3, a los 6 y a los 9 meses tras la finalización del tratamiento.

Más información Tel. 645 91 99 06

www.centropsicopedagogicogabaldon.com

PAUTAS PARA FAMILIARES CON TRASTORNO LÍMITE DE LA PERSONALIDAD

PAUTAS PARA FAMILIARES CON TRASTORNO LÍMITE DE LA PERSONALIDAD

PAUTAS PARA FAMILIARES CON TRASTORNO LÍMITE DE LA PERSONALIDAD

Son muchas las problemáticas a las que los profesionales de la salud mental nos tenemos que enfrentar en nuestras consultas, entre ellas, se encuentran los Trastornos de Personalidad, posiblemente, uno de los trastornos más complejos y difíciles de entender.

Se trata de un trastorno crónico y grave y que afecta a un 6’7% de la población mundial, es común en ambos sexos, aunque se da con mayor frecuencia en hombres que se encuentran en la primera etapa de la edad adulta.

Pero, ¿qué supone exactamente tener un Trastorno de la Personalidad? Las personas que sufren este problema, interpretan y ven a los demás, a sí mismos y el mundo de forma particular, digamos que a su manera, por lo que inevitablemente las relaciones con la gente de su alrededor se ven afectadas. Para entendernos, digamos que las gafas que llevan puestas a través de las cuales observan el mundo exterior, tienen unos cristales diferentes a los del resto de la población.

Además, no existe un único Trastorno de la Personalidad sino un total de 9 subtipos que se clasifican en 3 grupos en función de la sintomatología que presenten. Uno de los más conocidos es el Trastorno Límite de la Personalidad (TLP).

En líneas generales, las personas diagnosticadas de TLP son sujetos que sienten y experimentan las emociones de forma muy intensa y esto les lleva a presentar problemas para regular sus emociones y pensamientos. Como consecuencia, llevan a cabo conductas impulsivas, imprudentes y que suponen un peligro para su vida como pueden ser autolesiones e intentos de suicidio. Además, les resulta difícil mantener comportamientos estables y dirigidos hacia metas vitales por lo que establecen relaciones muy inestables con los demás.

Claro está, que el trastorno no afecta únicamente a la persona que lo padece sino también a la gente que tienen alrededor. Los familiares, tienen que lidiar con el cuidado del paciente con trastorno mental y asumir las implicaciones que ello conlleva, por tanto, es sumamente necesario que conozcan bien la enfermedad así como tener al abaste herramientas y estrategias que les hagan más llevadera la dura tarea de convivir y ayudar a la persona con TLP.

A continuación, os mostramos algunas de las pautas y estrategias que como familiares os pueden ayudar a gestionar el trastorno.

– Mantener la calma, tener paciencia e ir despacio

· El trabajo con un paciente con TLP es lento y está lleno de altibajos. Es necesario que tanto los propios pacientes como familiares os informéis bien del trastorno y os involucréis en el proceso de tratamiento siendo conscientes de que la evolución es lenta y progresiva.

· Es importante establecer expectativas realistas. Trabajar las problemáticas de una en una y establecer objetivos a corto plazo ya que si elevamos demasiado las expectativas se puede generar un clima de desánimo, frustración y fracaso.

– Ambiente familiar: establecer un entorno donde predomine la calma.

· Los pacientes TLP experimentan las emociones con mucha intensidad. Es importante atenuar las situaciones de conflicto, no alterarse y hablar con la mayor tranquilidad posible sin darle demasiada importancia a la situación si consideramos que no es relevante. Si la persona con TLP nota que nos ponemos demasiado nerviosos, se alterará aún más provocando en ella una desestabilización emocional caracterizada por emociones muy intensas, pudiendo dar lugar a una conducta impulsiva y peligrosa como la autolesión.

· Es importante mantener rutinas familiares lo más estables posibles y crear situaciones en las que se compartan buenos momentos (compartir cenas, comidas o tertulias en familia). Hacerle partícipe a la persona con TLP de las decisiones familiares o de los planes que puedan surgir ya que notará que está integrado/a y que lo tienen en cuenta, por lo que la sensación o sentimiento de abandono podría verse reducido.

· Buscad tiempo para hablar y establecer una comunicación positiva con él o ella. Las conversaciones sobre temas neutrales pueden ayudar a la persona a distraerse y a reducir su malestar e intensidad emocional.

· Encontrad tiempo y momentos para estar solos y dedicaros tiempo de calidad a vosotros mismos para desconectar y recargar pilas. Los padres y familiares también tenéis derecho a descansar y disponer de tiempo para vuestros intereses y necesidades.

– Gestión y control de las crisis

· Las crisis por desregulación emocional son muy comunes en las personas que padecen TLP. Tratad de no alteraros y poneros a la defensiva, reprochándole por cosas, criticándole o juzgándole por lo que hace o dice. Tratad de calmaros y discutid lo mínimo. Realizad un trabajo de reflexión acerca de lo que él o ella ha dicho, pues pueden haber cosas que sean ciertas y que hay que cambiar o tener en cuenta.

· Llevad a cabo una escucha activa cuando establezcáis una conversación con él o ella y validad sus emociones y sentimientos. Es necesario y bueno que la persona ventile y comunique que es lo que siente y que por tanto, exprese todas sus emociones, así que no tratéis de quitarle importancia a lo que siente y permitidle que se exprese con libertad.

· Si él o ella lleva a cabo amenazas o conductas autolíticas no las ignoréis. Tratad de prestar atención pero sin alarmaros demasiado, tratad de contenerlo y darle otras alternativas, hablad sobre ello en otro momento con naturalidad y tranquilidad y aseguraros que el profesional que trata a la persona con TLP conoce lo que ha sucedido para que también pueda ayudarlo/la.

– Llevar a cabo una buena resolución de conflictos: colabora y se coherente.

· A la hora de hacer frente a un problema de un miembro de la familia tratad de no ocultarle información acerca de lo que ocurre, para cualquier persona, y más para aquellos que sufren TLP la incertidumbre y el no saber qué ocurre puede conllevar la aparición de emociones desagradables e intensas. Por lo tanto, tratad de implicar al miembro con TLP en la resolución del conflicto, preguntadle si puede y está dispuesto a colaborar o hacer algo para solucionarlo y proporcionadle ayudas si lo necesita.

– Establezca límites directos pero con precaución

· Estableced entre todos unas normas a cumplir en casa, cómo se deben de llevar a cabo y las consecuencias que puede tener para todos el no cumplimiento de estas reglas.

· No toleréis las conductas ofensivas y agresivas como rabietas, amenazas, golpes, insultos. Es mejor marcharse en ese momento y no darle más “bombo” a la situación. Para ello, le podéis comunicar tranquilamente que os vais y, que luego cuando se calme se discutirá el problema. Ignoramos este tipo de conductas siempre y cuando no supongan un peligro hacia él/ella mismo o hacia terceras personas, entonces sí, tratamos de contener y buscar ayuda.

· Es importante ser prudente a la hora de amenazar o dar últimas oportunidades. Sólo se emplearan estas amenazas como última opción y siempre y cuando se esté seguro y dispuesto a llevarlas a cabo, sino perderemos credibilidad y complicaremos más la situación con él/ella.

Poco a poco con trabajo en casa, psicoterapia y en algunos casos psicofármacos, el TLP se puede controlar y estabilizar si no desistimos, las personas con este diagnóstico y sus familiares pueden llevar una vida normal. Sabemos que es agotador para los familiares y también para los propios pacientes tener que lidiar con estas dificultades pero recomendamos no tirar la toalla y trabajar diariamente estas dificultades y problemáticas. Estas pautas no funcionan sólo llevándolas a cabo una única vez o de vez en cuando, tienen que convertirse en rutinas y formar parte de un nuevo estilo de vida y dinámica familiar y sobre todo y muy importante, es de vital importancia ponerse en manos de un profesional de la salud mental que nos pueda ayudar y guiar en el proceso.

Laura Mollà Pérez

Psicóloga. Máster en Psicología General Sanitaria

Número Colegiada: CV15707

Centro Psicopedagógico Gabaldon Alicante

www.centropsicopedagogicogabaldon.com

NUEVA APERTURA GABALDÓN ALICANTE (altozano)

 
 

 

¡¡¡¡Centro Psicopedagógico Gabaldón abre el centro más grande de la Comunidad Valenciana en Alicante con más de 350m2!!!

El grupo Gabaldón ha abierto recientemente su Noveno Centro Psicopedagógico en la ciudad de Alicante, concretamente en la Plaza Altozano,4. Con esta apertura pretende complementar los servicios que ofrece en su ya existente centro en la zona de San Blas (Avda. Salamanca).

Dicha apertura es fruto de la extraordinaria demanda y forma parte de una apuesta por conseguir la excelencia tanto en servicios como en instalaciones, dado que con sus más de 350m2 se consolida como el centro más grande de la comunidad valenciana dedicado especificamente al trabajo de la psicopedagogía.

Unas instalaciones que cuentan con todo lo necesario para ofrecer un servicio profesional y de calidad acorde a las necesidades y exigencias de todos sus pacientes.

Tras más de 15 años de experiencia y con 9 centros distribuidos por toda la Comunidad Valenciana, Centros Psicopedagógicos Gabaldón se consolida como todo un referente en la psicopedagogía para niños, adolescentes y adultos, abarcando todo lo relacionado con servicios de psicología clínica, logopedia, psicopedagogía, neuropsiciología, psicopedagogía, atención temprana, terapia ocupacional…

 

Cita previa: infogabaldon@gmail.com – T. 645 91 99 06

www.centropsicopedagogicogabaldon.com

 

Trastorno Oposicionista Desafiante

Trastorno Oposicionista Desafiante

Desde el Centro Psicopedagógico Gabaldón hemos notado un aumento del número de casos en adolescentes que padecen el llamado trastorno oposicionista desafiante, por lo que he considerado oportuno hablaros acerca de las características del mismo con el fin de que podáis observar posibles comportamientos similares en vuestros hijos/as.
En un primer lugar podemos decir que es una comorbilidad del denominado TDAH (trastorno de déficit de atención con o sin hiperactividad), que se está dando principalmente en los adolescentes entre doce y dieciséis años. Según el DSM IV, el trastorno oposicionista desafiante se define como “un patrón recurrente de conducta negativista, desafiante, desobediente y hostil hacia figuras de autoridad que se mantiene por lo menos durante seis meses.”

Según el DSM IV, para que se de lugar este trastorno, se deben cumplir al menos con cuatro criterios durante mínimo seis meses. Estos criterios son los que se muestran a continuación:

a) A menudo se encoleriza o incurre en pataletas
b) A menudo discute con adultos
c) A menudo desafía activamente a los adultos o rehusa cumplir sus demandas.
d) A menudo molesta deliberadamente a otras personas.
e) A menudo acusa a otros de sus errores y por su mal comportamiento .
f) A menudo es susceptible o fácilmente molestado por otros.
g) A menudo es colérico y resentido
h) A menudo es rencoroso y vengativo

Estos comportamientos se pueden haber ido observando durante la infancia del niño/a, pero es en la adolescencia donde estos comportamientos cobran una vital importancia, puesto que en ocasiones pueden incluso derivar en agresiones físicas por parte del adolescente hacia cualquier figura de autoridad: familiares, profesores, compañeros, etc…

Vamos a analizar ahora cuáles son las posibles causas de este trastorno. Encontramos dos teorías:

– La teoría del desarrollo sugiere que las dificultades inician cuando los niños tienen entre uno y dos años y medio de edad fundamentalmente debido a que presentan dificultades para aprender a separarse y hacerse autónomos de la persona a la cual se encuentran ligados emocionalmente. Así, los “malos comportamientos” serían una prolongación de las cuestiones normales del desarrollo que no han sido resueltas adecuadamente en los primeros años de vida.

– La teoría del aprendizaje indica que las características negativas del trastorno oposicionista desafiante son actitudes aprendidas que no son sino un reflejo de los efectos de las técnicas de refuerzo negativo empleadas por los padres y las figuras de autoridad. Así, se piensa que el empleo de refuerzos negativos incrementa la frecuencia e intensidad de los comportamientos opositores en el niño, que de este modo logra llamar la atención de los adultos y obtiene la interacción deseada.

Una vez analizadas las causas de este trastorno, os voy a explicar las diferentes alternativas para un posible tratamiento.

– Tratamiento Psicoeducativo: Este tratamiento es imprescindible en el cual un Psicopedagogo especializado se encargará de redactar un plan conjunto de actuación entre padres y profesores con el fin de coordinar y consolidar las conductas adecuadas.

– Tratamiento de Psicoterapia: Será complementario y dependerá siempre de la edad del sujeto y la intensidad del mismo.

– Tratamiento psicofarmacológico: en los casos de una estado avanzado del trastorno es posible la necesidad de reforzar el tratamiento psicoeducativo con fármacos.

Es posible que en alguna ocasión hayáis observado comportamientos similares a los descritos anteriormente, es importante estar atentos a cualquier actitud negativa reiterada, por lo que en el caso que suceda, sería conveniente ponerse en manos de un profesional que valore dicho comportamiento, no debemos olvidar que el mejor tratamiento es la prevención, y actuar a tiempo puede ahorrar situaciones muy incomodas.

Os voy a dar una serie de recomendaciones para que llevéis a cabo con vuestros hijos que puedan tener este trastorno y podáis mejorarlo

– Elogiar el comportamiento bueno que tenga vuestro hijo, no siempre os tenéis que fijar en todo lo malo.

– Obviar los comportamientos negativos, puesto que en ocasiones si hacemos caso a estos comportamientos estamos haciendo totalmente lo contrario, estamos reforzando las conductas inapropiadas.

– Debéis explicar a vuestros hijos cuáles son los comportamientos inaceptables, puesto que la mayoría de las veces castigamos y no decimos el porqué ha sido.
– Se deben establecer una serie de normas en el ámbito familiar.

– Se debe utilizar el castigo de forma asertiva, hay que tener en cuenta que si utilizamos la violencia generaremos más violencia.

– Los castigos deben ser impuestos inmediatamente después de la falta cometida.

– Hacerle notar las consecuencias de su comportamiento.

Ante cualquier duda que tengáis, desde nuestro centro ponemos a vuestra disposición un servicio de “primera consulta gratuita” donde un especialista atenderá y resolverá vuestras preguntas.

Eva Gabaldón Sáez
Licenciada en Pedagogía
Técnico Superior en Psicología Clínica Infantil
Especialista en TDAH
Périto Judicial en Pedagogía
Brain Trainer